París, 5 de septiembre de 2023
Con el inicio del Mundial de Rugby a tan solo cinco días de distancia, el equipo nacional francés, conocido como los 'Bleus', enfrenta un alboroto mediático y social. El motivo es la reciente convocatoria del segunda línea Bastien Chalureau, quien ha sido condenado por violencia con tintes racistas.
El seleccionador Fabien Galthié anunció el viernes pasado que Chalureau, de 31 años, se unirá al equipo como sustituto de Paul Willemse, quien sufrió una lesión. Ambos jugadores son compañeros de equipo en el Montpellier.
Chalureau fue condenado por el tribunal correccional de Toulouse a una pena de prisión de seis meses, aunque la ejecución de la pena está en suspenso. La condena se relaciona con actos violentos cometidos en 2020, agravados por el hecho de que fueron motivados por la raza o etnia de la víctima. En aquel entonces, Chalureau, que jugaba para el Stade Toulousain, fue acusado por dos exjugadores de rugby de agresión física y verbal de carácter racista en un estacionamiento.
El jugador ha negado las acusaciones de racismo, y se espera una apelación, según informes de prensa. Cuando se contactó a su abogado para obtener comentarios, no estaba disponible.
Antoine Dupont, capitán de los 'Bleus', afirmó que la controversia "no afecta al grupo" y elogió la "actitud ejemplar" de Chalureau tanto dentro como fuera del campo. Galthié, por su parte, evitó profundizar en la polémica pero reafirmó que "el racismo no tiene lugar en el equipo".
La Ministra francesa de Deportes, Amélie Oudéa-Castera, emitió un comunicado el domingo instando a respetar la presunción de inocencia mientras se espera la decisión judicial definitiva. Sin embargo, enfatizó que representar a Francia en el deporte implica adherirse a los valores republicanos de igualdad y fraternidad, y combatir todo tipo de violencia y discriminación.
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