Articulo de opinión: por Juan Carlos Trujillo
El 10 de agosto de 2023, el mundo del Derecho Internacional Humanitario (DIH) y la Sociedad Nacional Cubana de la Cruz Roja perdieron una figura emblemática, la Dra. María de los Ángeles de Varona Hernández. Aunque su vida ha sido larga y fructífera, esta no es una mera crónica biográfica. Este artículo tiene como objetivo destacar la obra de una mujer que, en vez de retirarse, decidió seguir siendo útil al mundo, abogando incansablemente por un mejor entendimiento y aplicación del DIH.
Más allá de la jubilación: una misión sin fin
Para muchas personas, alcanzar la edad de jubilación significa un retiro pacífico. Sin embargo, para la Dra. María, fue más bien un cambio de enfoque. Lejos de descansar en sus laureles, encontró en el DIH una nueva vocación. Se convirtió en experta y asesora del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), dedicando sus años dorados a la difusión de este vital conjunto de normas.
La Aplicación del DIH: un trabajo de amor y justicia
El DIH, a menudo llamado Derecho de la Guerra, tiene la complicada tarea de regular las actividades de las partes en conflicto. Es una área del derecho que, tristemente, a menudo es más conocida por sus violaciones que por su aplicación. Para la Dra. María, educar sobre el DIH no era solo un deber profesional, sino también una misión moral. Su objetivo era fomentar su respeto y conocimiento entre militares, juristas y voluntarios de la Cruz Roja Cubana, y en este cometido, mostró un sentido de justicia apasionado e incansable.
Un legado que trasciende fronteras
Aquellos de nosotros que tuvimos la fortuna de trabajar al lado de la Dra. María fuimos testigos de su pasión y compromiso inquebrantables. Fue una guía en el verdadero "Camino de la Justicia", mostrando que, aunque la tarea sea ardua y llena de obstáculos, nunca hay que abandonar la lucha por lo que es justo y humano.
Conclusión: un faro en el mundo del derecho
En una era en que los derechos humanos a menudo se ven amenazados y el cinismo puede prevalecer, la Dra. María de los Ángeles de Varona Hernández fue un faro de esperanza y justicia. Su labor no se detuvo en las puertas de un tribunal ni se limitó a la letra de la ley. Fue una labor de amor, dedicación y, sobre todo, de una fe inquebrantable en la capacidad del ser humano para hacer lo correcto.
Hoy, la Sociedad Nacional Cubana de la Cruz Roja está de luto, pero el legado de la Dra. María vive en cada individuo a quien ella tocó con su sabiduría y espíritu indomable. Su camino de la justicia sigue abierto, instándonos a todos a recorrerlo con la misma pasión y dedicación que ella demostró durante toda su vida.
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