Este artículo fue elaborado con información extraída del post en Facebook de Francisco Valiente en Nostalgia Cuba.
Desde sus humildes comienzos en 1827, la empresa Crusellas y su icónica marca de jabón para lavar ropa, Jabón Candado, se ha mantenido como un símbolo de calidad y confiabilidad en la vida cotidiana de los cubanos. Durante su apogeo, hasta 1960, el producto gozaba de un prestigio inigualable en el mercado cubano.
En 1929, Crusellas entró en una alianza con la gigante estadounidense Colgate-Palmolive. Según los términos del acuerdo, Crusellas se encargaría de fabricar y comercializar los productos de la empresa americana en la isla. Si bien este nuevo trato resultó en la proliferación de marcas estadounidenses en Cuba, Crusellas continuó triunfando con su propia línea de productos. De hecho, Jabón Candado llegó a ser el jabón de lavar ropa número uno en ventas en Cuba.
Para fortalecer la conexión con la comunidad, Crusellas organizaba un concurso anual donde los afortunados ganadores recibían nuevas viviendas, conocidas popularmente como Villas Jabón Candado. Estas casas no solo llevaban el logotipo de Candado en la fachada sino que también eran pioneras en la implementación de energía solar para calentar agua. El sistema de tuberías en los techos de las Villas utilizaba el potente sol cubano para calentar el agua, una innovación que las posicionaba como las primeras casas en América en adoptar tal tecnología.
Pero el genio detrás de la marca no se detuvo allí. En una estrategia de marketing sin precedentes para la época, se colocaba al azar en ciertas pastillas de jabón una cápsula con un comprobante para reclamar una casa como premio. Los consumidores, en medio de sus tareas de lavado, podían encontrar esta “balita” dentro del jabón a medida que lo gastaban, transformando un acto cotidiano en una emocionante búsqueda del tesoro.
El legado de Jabón Candado y Crusellas va más allá de un producto de limpieza de alta calidad; se trata de una historia de innovación, comunidad y adaptabilidad en un mercado en constante evolución. Desde estrategias de marketing astutas hasta avances en energía renovable, esta marca se ha grabado en la memoria colectiva de Cuba como un pilar de la vida cotidiana y la innovación.
#nostalgiacubaEste artículo fue elaborado con información extraída del post en Facebook de Francisco Valiente en Nostalgia Cuba.
Desde sus humildes comienzos en 1827, la empresa Crusellas y su icónica marca de jabón para lavar ropa, Jabón Candado, se ha mantenido como un símbolo de calidad y confiabilidad en la vida cotidiana de los cubanos. Durante su apogeo, hasta 1960, el producto gozaba de un prestigio inigualable en el mercado cubano.
En 1929, Crusellas entró en una alianza con la gigante estadounidense Colgate-Palmolive. Según los términos del acuerdo, Crusellas se encargaría de fabricar y comercializar los productos de la empresa americana en la isla. Si bien este nuevo trato resultó en la proliferación de marcas estadounidenses en Cuba, Crusellas continuó triunfando con su propia línea de productos. De hecho, Jabón Candado llegó a ser el jabón de lavar ropa número uno en ventas en Cuba.
Para fortalecer la conexión con la comunidad, Crusellas organizaba un concurso anual donde los afortunados ganadores recibían nuevas viviendas, conocidas popularmente como Villas Jabón Candado. Estas casas no solo llevaban el logotipo de Candado en la fachada sino que también eran pioneras en la implementación de energía solar para calentar agua. El sistema de tuberías en los techos de las Villas utilizaba el potente sol cubano para calentar el agua, una innovación que las posicionaba como las primeras casas en América en adoptar tal tecnología.
Pero el genio detrás de la marca no se detuvo allí. En una estrategia de marketing sin precedentes para la época, se colocaba al azar en ciertas pastillas de jabón una cápsula con un comprobante para reclamar una casa como premio. Los consumidores, en medio de sus tareas de lavado, podían encontrar esta “balita” dentro del jabón a medida que lo gastaban, transformando un acto cotidiano en una emocionante búsqueda del tesoro.
El legado de Jabón Candado y Crusellas va más allá de un producto de limpieza de alta calidad; se trata de una historia de innovación, comunidad y adaptabilidad en un mercado en constante evolución. Desde estrategias de marketing astutas hasta avances en energía renovable, esta marca se ha grabado en la memoria colectiva de Cuba como un pilar de la vida cotidiana y la innovación.
Comments