Tomado de un artículo de Francisco Valiente en el grupo de Facebook "Nostalgia Cuba"
Entre las ricas y diversas historias que conforman la identidad cubana, la de los Taínos resalta como uno de los pilares fundamentales de la cultura aborigen del país. Este grupo nativo, considerado el más adelantado y populoso de Cuba, ha dejado una huella imborrable en la historia y en la cultura popular de la nación.
Se estima que los Taínos arribaron a las costas cubanas alrededor del primer milenio después de Cristo. Sus orígenes se rastrean hasta los Arauacos, otro influyente grupo indígena de la región. A pesar de ser considerados primitivos en comparación con otros pueblos aborígenes del continente americano, los Taínos tenían una rica cultura artística, que se manifestaba en intrincadas esculturas de madera y barro.
En el ámbito deportivo, los Taínos eran aficionados a un juego similar al béisbol contemporáneo, conocido como Batos. También practicaban una especie de lucha libre. Organizados en comunidades llamadas Bateyes, las viviendas Taínas variaban según el rango social. El Cacique, o líder de la tribu, residía en el Caney, una estructura rectangular con ventanas, acompañado de sus esposas. Mientras tanto, el resto de la comunidad habitaba en los Bohíos, construcciones circulares hechas a base de caña brava y guano de palma real.
En el interior de estas edificaciones, las hamacas servían de cama para los Taínos. Utilizaban hornos, conocidos como buren, para preparar harina de yuca, y cocinaban animales en estructuras parecidas a las barbacoas modernas.
El orden social Taíno estaba claramente definido. Un Cacique lideraba la comunidad, asesorado por un consejo y guiado espiritualmente por los Behiques. Durante ceremonias religiosas o festivas, denominadas areítos, los Taínos bailaban y cantaban, y el Behique actuaba como intermediario entre la comunidad y las deidades, conocidas como Cemíes o Zemíes.
Además, estos hábiles navegantes construían canoas a partir de troncos de árboles como la ceiba. Según registros del padre Las Casas, algunas de estas embarcaciones podían albergar a más de 50 personas. Su economía se basaba en la pesca, la caza y la agricultura. Es interesante notar que también mantenían viveros de peces, una técnica que los siboneyes podrían haber aprendido de ellos.
Aunque principalmente se asentaron en la región oriental de Cuba, muchos Taínos expandieron su presencia hasta la provincia de Las Villas e incluso llegaron a La Habana. Su legado sigue vivo, recordando a todos los cubanos la riqueza y diversidad de su historia ancestral.
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