Este artículo se basa en información proporcionada por Carmen Álvarez en un post de Nostalgia Cuba.
Natalia Herrera, considerada una joya del arte escénico cubano, marcó un antes y un después en la cultura de la Isla. Con una carrera que abarcó varias décadas, Natalia se convirtió en una figura ineludible tanto en la radio como en el teatro, la televisión y, aunque en menor medida, en el cine.
Su versatilidad la llevó a participar en programas y obras que quedaron grabados en la memoria colectiva del país. Entre los más notables se encuentra su rol en la radionovela ‘El Derecho de Nacer’ en los años 50, donde interpretó a ‘La Mulata’, personaje que la catapultó a la fama. También se destacó en otros programas de la época dorada de la radio y la televisión cubanas como ‘La Tremenda Corte’, ‘La Guantanamera’ y ‘Voces de Cuba’.
No se puede pasar por alto su memorable personaje de ‘Carmita Carmona’ en ‘Alegrías de Sobremesa’, donde su frase “son niños, caballero son niños…” se convirtió en una especie de declaración de intenciones sobre la naturaleza traviesa de la infancia.
Durante la década de los 60, Natalia formó parte del elenco de ‘San Nicolás del Peladero’, donde interpretó papeles tan variados como la hermana de Remigia La Alcaldesa y la mujer de Cheo Malanga. En los años 90, su talento continuó brillando en programas como ‘Sabadazo’ y ‘Contacto’.
Aunque su presencia en el cine fue más limitada, Natalia dejó huella en películas como ‘Tulipa’, ‘Guantanamera’ y ‘Amanda’, demostrando una vez más su versatilidad y talento en múltiples plataformas artísticas.
Fallecida en 2018 a los 95 años, Natalia Herrera se llevó consigo una parte irremplazable del alma cultural cubana. Su legado es el de una ‘actriz total’, capaz de triunfar en todo lo que se propuso y de dejar una huella imborrable en la historia del arte y la cultura cubanos. Con su partida, Cuba perdió a una de sus figuras más queridas y respetadas, pero su legado sigue vivo en el corazón y la memoria de todo un pueblo.
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