La Habana, 1 de septiembre de 2023 Por: A. Manso
Dos años han pasado desde que Adalberto Álvarez, galardonado con el Premio Nacional de Música en 2008, dejó un vacío irremplazable en el mundo de la música cubana. Hoy, tanto en Cuba como en el extranjero, la gente celebra la vida y el legado del "Caballero del Son" al ritmo de "Un besito de amor", una de sus composiciones más populares.
Álvarez, nacido en 1948 y fallecido en 2021, dejó una huella imborrable en la música cubana. Fue un firme impulsor de la celebración del Día del Son Cubano cada 8 de mayo, una fecha que marca los nacimientos de otros íconos del género como Miguelito Cuní y Miguel Matamoros. La efeméride se instauró oficialmente en octubre de 2020, como tributo a esta rica tradición musical que ha traspasado fronteras.
Originario de Camagüey, Álvarez dedicó su vida a la promoción y preservación del son cubano, una mezcla contagiosa de elementos vocales e instrumentales que invita a mover los pies y llena de emoción a los amantes del baile. Adalberto inició su educación musical en la Escuela Nacional de Arte entre 1966 y 1972 y también impartió clases de Literatura Musical en la Escuela Provincial de Arte en su ciudad natal.
Desarrollándose primero como percusionista y, posteriormente, como arreglista y compositor, Álvarez fue el cerebro detrás de dos de las bandas cubanas más célebres de la historia: Son 14 y Adalberto Álvarez y su Son. Su repertorio, que incluye temas icónicos como "A Bayamo en coche", "A bailar el toca toca", y "Son para un sonero", sigue vibrando en plazas de baile y eventos alrededor del mundo.
Durante su ilustre carrera, Álvarez recibió numerosos reconocimientos, entre los que se destacan la Orden "Félix Varela", el Premio Cubadisco en 2006 por su álbum "Mi Linda Habanera", y la Distinción Gitana Tropical de la Dirección Provincial de Cultura de La Habana en 2013. También fue nominado para un Grammy Latino en 2011 y por su álbum "El son de altura" en la categoría de mejor álbum tropical tradicional.
El 1 de septiembre de 2021 marcó la pérdida física de uno de los más grandes exponentes de la música popular cubana. Sin embargo, su legado sigue vivo, enriqueciendo y elevando la cultura musical para futuras generaciones.
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