El lamentable suceso del 29 de septiembre, donde un adolescente de 16 años perdió la vida, ha evidenciado un aumento en las tensiones violentas entre los jóvenes de la región. Yanelis Heredia Goulet, líder del centro educativo Wenceslao Rivero, ha manifestado su inquietud por este crecimiento en actitudes agresivas entre los adolescentes, resaltando la imperiosa necesidad de ampliar los esfuerzos preventivos.
En los centros de estudio, se ha observado con alarma a estudiantes con armas cortopunzantes. Las autoridades educativas reafirman su deber de preservar un ambiente seguro en los recintos escolares, al tiempo que se percatan de la vinculación de algunos jóvenes con ambientes nocturnos potencialmente violentos.
Eulícer Escalona Escalona, responsable de la esfera educativa en Las Tunas, señaló la emergencia de colectivos que, aunque se presentan bajo el manto de intereses artísticos, generan comportamientos adversos. El abuso de sustancias, como el cannabis y otros estupefacientes, emerge como un desencadenante.
De forma simultánea, las autoridades culturales han detectado agresiones en áreas de ocio. Se han coordinado esfuerzos con las fuerzas de seguridad para mantener la paz, particularmente durante los períodos festivos.
La Dra. Madley Parra, especialista en salud mental, resaltó la interacción entre el uso indebido de drogas y la agresión. Además, identificó la problemática de hogares inestables como otro desencadenante. Recalcó la importancia de una guía apropiada para los adolescentes.
Por otro lado, el marco legal se ha ajustado en respuesta a esta tendencia preocupante. Norge Nosley Sastre García, del Departamento de Organización y Planificación, informó sobre la reciente determinación de responsabilidad penal para adolescentes a partir de los 16 años.
En conjunto, la sociedad y las entidades encargadas del cuidado y educación de los jóvenes están en la mira del reto de enfrentar y mitigar esta problemática, con el objetivo de resguardar a la juventud y asegurar la tranquilidad de todos.
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