Kfar Aza, Israel - Días después del sorprendente asalto a gran escala lanzado por el grupo militante palestino Hamas contra Israel, se empieza a vislumbrar el horror de los ataques cerca de la frontera.
El martes pasado, en el kibbutz israelí Kfar Aza, se encontraron los cuerpos tanto de residentes israelíes como de atacantes de Hamas dispersos entre las casas calcinadas. Israel informa que ha encontrado alrededor de 1,500 cuerpos de militantes tras el ataque. Las casas en Kfar Aza fueron saqueadas e incendiadas, mostrando un panorama desolador: muebles destruidos, granadas sin detonar y cuerpos, que revelan el nivel de devastación que Hamas ha dejado en esta zona.
El Mayor General Itai Veruv, en declaraciones a medios, expresó su incredulidad ante el panorama. “En 40 años de servicio nunca había visto algo así; nunca imaginé que esto podría suceder”, dijo pocas horas después de que las tropas israelíes aseguraran el kibbutz de los atacantes de Hamas.
En un sombrío procedimiento, las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF por sus siglas en inglés) recorrieron casa por casa en Kfar Aza, recolectando los cadáveres. Según la IDF, entre las víctimas se encontraban mujeres, niños, bebés y ancianos que fueron "brutalmente masacrados al estilo ISIS". Esta afirmación ha sido negada por Hamas, cuyo portavoz, Izzat al-Risheq, calificó la acusación de “alegaciones fabricadas e infundadas”.
No sólo Kfar Aza sufrió las consecuencias del asalto terrestre de Hamas el sábado. Otros kibbutzim, pequeñas comunidades agrícolas, también fueron blanco de ataques, entre ellos Be’eri, Ofakim, Sderot, entre otros. Además, durante un festival musical en el desierto cerca de Be’eri, asistentes fueron disparados y tomados como rehenes.
La violencia no ha sido unilateral. Las imágenes y reportes mostraban el dolor y destrucción también en Gaza, con ataques aéreos israelíes que dejaban edificaciones en ruinas y la población buscando refugio.
Ambas partes han sufrido pérdidas dolorosas y los llamados a un alto al fuego y a la paz se hacen más necesarios que nunca en medio de una escalada de violencia que parece no tener fin.
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